El silencio de la huerta, la luz de la luna llena y un recorrido sensorial por algunas de las intervenciones que, en su noche más especial, cobran un sentido casi mágico.
Algunos de los y las profesionales del diseño y la arquitectura que han participado en la edición de Miradors de l’Horta de este año dan un simbolismo único a su intervención en esta noche de luna llena. Una fecha siempre marcada en el calendario de los agricultores.
Se trata de una visita nocturna a través del observatorio lunar de La Cuarta Piel, la instalación lumínica de Borealis, el huerto portátil de Resto y el homenaje al naranjo ausente de Badallar. Una experiencia inolvidable a tan solo diez minutos de la ciudad.